La Batalla de Guiniguada, primer combate para evitar la conquista

Si te preguntara qué pasó en la Batalla de Guiniguada, ¿sabría decírmelo a pies puntillas? Hoy hablaremos de uno de los enfrentamientos más sangrientos entre los castellanos y los isleños de Gran Canaria que supuso el comienzo del fin del mandato aborigen en las islas.

A pesar de sus técnicas militares arcaicas y provistos solo con piedras y madera, los isleños pelearon sin temor y con ferocidad. Las armas más modernas de la época no les atemorizaban, se sentían seguros en su tierra, su gran aliada.

Esas barreras naturales que entorpecían al enemigo no eran un impedimento para los isleños, acostumbrados a saltar y correr con agilidad y rapidez por aquellas abruptas superficies.

A eso se le suma que la mayoría de los guerreros aborígenes eran grandes tiradores y no necesitaban el contacto directo con su rival. Desde los riscos o roques más altos e inaccesibles podían atacar a su enemigo, dejarlo sin sentido, herirlo gravemente e incluso acabar con su vida.

Nadie pone en duda las excelentes habilidades guerreras de los aborígenes canarios y así lo demuestran las decenas de escritos de la época. En ellos se reflejan sus excelentes capacidades para defenderse e incluso para derrotar a los invasores, como así ocurrió en su día en la Batalla de Guiniguada. ¿Quieres saber lo que sucedió?

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Los aborígenes canarios aprovechaban sus frondosos bosques y profundos y escarpados barrancos para tender emboscadas y, aquellos hombres traídos por la mar, eran incapaces de desplegar sus armas de guerra pesadas, no les servía de nada sus armaduras de acero y su artillería de bronce y, menos aún, su ejército de caballería tan eficaz en otras batallas históricas de la época.

De ahí que la conquista del archipiélago canario fuera tan larga y complicada para los conquistadores. Los aborígenes canarios estaban familiarizados con su entorno, eran grandes conocedores de los terrenos isleños, por lo que podían ponerse a salvo a gran velocidad.

Situémonos en el año 1478, la conquista definitiva de las Islas Canarias aún no se ha llevado a cabo debido a la escasez de recursos en las islas conquistadas y las habilidades militares de resto de aborígenes canarios que aún resisten en La Palma, Tenerife y Gran Canaria.

Debido a esta situación, la Corona de Castilla interviene y da comienzo la conquista realenga. Consideraron que, para iniciar la ofensiva y el control total del archipiélago canario, la primera isla elegida debía ser la isla de Tamarán, la actual Gran Canaria. Dicha isla era, de entre las tres islas sin conquistar, la que mejor ubicación estratégica tenía en el archipiélago.

La conquista definitiva de las islas comenzó con la Batalla de Guiniguada

Llegado el momento, los Reyes Católicos (antes los derechos los tenían Diego Herrera y su esposa) enviaron a Canarias al hidalgo Alonso Fernández de Lugo y a un ejército al mando del capital general Juan Rejón, en donde le acompañaron el deán Juan Bermúdez y el obispo Juan de Frías.

Llegaron a la isla de Gran Canaria el 24 junio de 1478 (día de San Juan), momento en el cual desembarcaron en la costa este de la isla, en la zona de La Isleta. En ese preciso instante daría comienzo la conquista de Gran Canaria.

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Cuentan los cronistas que, una vez allí, los castellanos fueron advertidos por un anciano del lugar. Este les sugirió que no se adentraran al corazón de Telde, porque allí podrían ser asaltados. Siguiendo los consejos del anciano, desecharon dirigirse al interior de la isla y permanecieron en la costa.

En las proximidades, en la zona de Guiniguada, edificaron el Real de Las Palmas, un lugar localizado más al sur de la isleta y en el que hoy en día está situado el barrio de Vegueta. Como curiosidad, la creación del Real de Las Palmas se considera el inicio de la actual ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Como recordarán, antes de la llegada de los conquistadores, la isla de Gran Canaria estaba dividida en dos guanartematos:

• El Guanartemato de Telde (Liderado por Bentagoia)
• El Guanartemato de Gáldar (Liderado por Tenesor Semidán).

Una teoría afirma que la línea divisoria que delimitaba ambos reinos aborígenes estaba situada el barranco de Guiniguada. Otras teorías afirman que estaba situada entre la punta de Arguineguín y el término de Tamaraceite, un barrio situado en la periferia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Lo que sí coinciden ambas teorías es que aquellas las tierras situadas a la izquierda pertenecían al distrito de Gáldar y a la derecha el distrito de Telde.

Ante la llegada de los invasores, el líder Bentagoia se reunió con sus 12 guayres y con Doramas para solucionar sus problemas internos. De esa reunión, Doramas salió nombrado como guayre y los canarios salieron de la reunión más unidos que nunca para luchar contra el enemigo.

Por después, falleció Bentagoia y quedó en su lugar su heredero Bentejuí, el último rey de ese guanartemato. Debido a la juventud del nuevo rey, se decidió que el nuevo líder debía de ser Tenesor Semidán, el guanarteme de Gáldar, por lo que fue nombrado el nuevo Guanarteme de toda la isla.

Curiosamente, en el barranco de Guiniguada, fue el lugar donde sucedió el primer enfrentamiento de los aborígenes canarios con el ejército castellano. Una batalla conocida históricamente como la Batalla de Guiniguada. ¿Quieren saber lo que sucedió?

La Batalla de Guiniguada, el primer enfrentamiento de los aborígenes canarios con el ejército castellano

Casi una semana después de la llegada de los castellanos a la isla, el 30 de junio 1478, la infantería regida por Alonso Fernández de Lugo, Rejón y Rodrigo de Solórzano (Las insignias de la Corona, las porta Alonso Jaimes de Sotomayor) se dirigió al barranco de Guiniguada.

Al mismo tiempo, un grupo de aborígenes al mando de Doramas (el mayor cargo militar del guanatemato de telde) y acompañado por los guayres Autindana y Maninidra, llegaron al lugar desde el sur.

Dio comienzo el combate y en plena batalla, por cara norte, se aproximaron los guayres Adargoma (guayre del guanartemato de Gáldar), Tazarte (Gayre de …) y Bentagaire (Bentaguayre, guayre de Arguineguín).

Tras horas de lucha y, a pesar de la clara ventaja que los canarios mostraban, Adargoma (el caudillo más destacado del guanartemato de Gáldar) cayó malherido por culpa de la lanza que Juan Rejón le clavó en el muslo. En ese momento, cientos de isleños intentaron rescatarle de las garras de los castellanos.

Ante la masacre que allí se estaba viviendo y dando por muerto al caudillo, decidieron retirarse de la batalla convencidos de que su lucha no los llevaría a una posible victoria y así evitarían perder un mayor número de hombres.

Por otro lado, los castellanos también se retiraron y aprovecharon la situación para capturar al malherido Adargoma, salvándole de una muerte segura. Una vez recuperado de las heridas causada por la feroz batalla, Adargoma fue bautizado y enviado a Castilla, donde permanece de por vida.

A raíz de esa primera batalla, los castellanos se hacen con el control de la zona noreste de la isla de Gran Canaria y en ese momento da comienzo el fin del dominio aborigen en la isla.

Se sospecha que un caudillo local o uno de los guanartemes se alió con Rejón para conseguir vencer al otro guanartemato y conseguir el control de toda la isla. La realidad fue que los aborígenes de ambos guanartematos unieron fuerzas y se enfrentaron juntos al rival común.

El 24 de agosto de 1479, tuvo lugar la segunda batalla en la isla de Gran Canaria, la conocida Batalla de Tirajana (Batalla de San Bartolomé), en ella fue donde las tropas castellanas capitaneadas por Juan Hernández Cabrón fueron sorprendidas a la altura de Risco Blanco.

En ese lugar de la isla existía un templo aborigen y, previamente a la batalla, fue destruido por los castellanos, quienes secuestraron y vendieron como esclavos algunos aborígenes. De ahí la reacción de los isleños que, presos de la rabia y sed de venganza por tales hechos, vencieron a las fuerzas castellanas.

En el año 1480 y tras las continuas victorias de los isleños, los Reyes Católicos sustituyen a Juan Rejón por Pedro de Vera. Tras ese cambio, nada volvió a ser lo mismo y las batallas dieron un giro inesperado para los canarios.

Se cree que fruto de las continuas batallas en las que miles de aborígenes perdieron la vida o convencido por las promesas que los conquistadores ofrecían los canarios, llegó el momento de tomar una decisión drástica. En el año 1480, Tenesor Semidán decide pactar con los invasores, convencido de que estos los respetarían y les dejarían continuar con su actual vida.

A pesar de firmar las paces con los castellanos, en la isla de Gran Canaria se siguieron viviendo continuos enfrentamientos entre los aborígenes y los castellanos. Concretamente, en el año 1481, sucede la conocida Batalla de Arucas, es donde el líder canario Doramas pierde la vida a manos de Pedro de Vera. Desde ese preciso instante, comienza el fin del dominio canario y la isla de Gran Canaria parece estar más cerca de caer en manos de los Reyes Católicos.

En la isla tuvieron lugar otras batallas como la sucedida en la fortaleza aborigen de Ajodar, donde el ejército castellano sufrió su mayor descalabro. Solo la intervención de Fernando de Guanarteme evitó la aniquilación total de las tropas de la corona de Castilla

En ese mismo otoño del año 1483, se vivieron los últimos acontecimientos bélicos en la isla. En ese mismo año también fue cuando finalmente los aborígenes se rindieron a Pedro de Vera y pasaron a formar parte de la Corona de Castilla. ¿Te suena el episodio histórico de Ansite? En Ansite se vivieron las últimas horas de la resistencia indígena de la isla.

Como recordarán, un grupo de aborígenes canarios se encontraban resguardados en la fortaleza natural de Ansite, en los que se encontraba Bentejuí, Guayarmina y su faycan Faya. En todo momento se niegan a entregarse, no quieren rendirse, a pesar de las súplicas por parte de su antiguo líder Fernando de Guanarteme, el antiguo Tenesor Semidan..

Finalmente, gran parte de los aborígenes, junto Masequera y Guayarmina (sobina e hija de Tenesor Semidán), deciden seguir a Fernando de Guanarteme. En cambio, Bentejuí y su faycán, deciden inmolarse lanzándose desde lo más alto del risco antes de ser capturados por los conquistadores. A partir de aquí, el reinado aborigen llega a su fin y la isla de Gran Canaria es conquistada.

Debemos destacar que los aborígenes canarios se enfrentaban a un ejército con una idea de guerra totalmente diferente a la que ellos estaban acostumbrados. Los enfrentamientos entre los distintos señoríos isleños no destacaban por la aniquilación total del adversario o la esclavitud de aquellos civiles apresados en el enfrentamiento.

En cambio, los contingentes normandos llegaron a las islas con intenciones claras de aniquilar a todos sus habitantes, de ahí los relatos tan aterradores que han quedado recogidos por los cronistas de la época.

¿Sabías lo que había sucedido en la isla de Gran Canaria durante la conquista? ¿Habías escuchado hablar de la Batalla de Guiniguada?

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