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Hola, Juan Carlos.
Muchas gracias por compartir tanta información con nosotros y todos los seguidores de este proyecto.
Estoy de acuerdo contigo que hay muchas cosas que no conocemos de nuestra Historia, que nos falta situarnos en el momento histórico y analizar en profundidad si las decisiones que se tomaron fueron las correctas.
Me encanta que personas como tú nos arrojen más luz hacia el camino del conocimiento. Se agradece, todo corazón.
Deseo leerte más en este blog, así que siéntete cómodo y comparte tus conocimientos con todos. Un saludo

Pero no quiero profundizar en lo que dices, pero sí me gustaría contestar a la pregunta: Tenesor Semidán, Don Fernando Guanarteme es el personaje histórico más importante de Canarias sin duda alguna.

No sé si has oído hablar del «paseo de los tres reyes» que eran los paseos a caballo a la fresca de la tarde por las alamedas del Guadalquivir en Córdoba, los tres reyes eran Fernando el católico, Boabdil de Granada y Don Fernando Guanarteme.

Eres capaz de buscar una explicación más allá de la simplista «los paseaba como trofeos», bastante absurda por cierto pues no casa para nada con la personalidad del rey católico. Es más el aragonés reconocía que era una compañía que estimaba y disfrutaba.

Ahora piensa en que tipo de magia podía tener un hombre nacido en una cueva de Agaldar en una pequeña isla en el coño del mundo, para ganarse el aprecio y el afecto del rey más poderoso y culto del mundo en aquellos momentos. No. No fue un cobarde ni un traidor, demostró con sus actos un arrojo y valentía como el que más, y una inteligencia privilegiada que le permitió ver más allá que el faycan Faya que con su ojo bueno se dejaba llenar de rabia y odio hasta convencer a Bentejui de que se tiraran antes que rendirse, si los canarios hubieran seguido ese ejemplo, hoy en lugar de hablar de nuestros antepasados (sé el nombre de los aborígenes que dan origen a 5 líneas familiares de mi árbol genealógico), serían otros los que estarían hablando y escribiendo con pena de una raza extinta.

No hubo traición a su pueblo, eso era imposible e impensable, es más, eso es un pensamiento moderno y occidental que no cabía en la cultura e idiosincracia canaria. El guanarteme era el regente que ejecutaba la legitimidad real de la guayarmina, pero tienes que tener en cuenta que el consejo de las maguadas que estaba formado por las mujeres de la familia real, pues la legitimidad estaba en ellas y eran preparadas para ello y si no tenían descendencia femenina el poder pasaba a otra de la familia. Y tenían el poder de parar incluso una decisión del Sábor cuando ésta era injusta o ilegal, hay una prueba de esto cuando el Sábor decide quemar a los 80 prisioneros y la madre de maguadas se plantó delante del consejo del Sábor y los obligó a soltar a los prisioneros y escoltarlos al real.

La historia es mucho más interesante y mágica de lo que la gente cree, pues Tenesor no era cualquier noble, Tenesor era Faycan y de los más poderosos y tenía tal poder personal y tal confianza en si mismo que no dudó en plantarse ante el guanarteme más importante del mundo y tratarlo de tú a tú y esa majestad y franqueza que mostró ante los reyes los cautivó.

Pero además te voy a contar un par de cosas que probablemente no sepas porque se ha hablado poco de ello y hay muy poco escrito. Efectivamente Abenchara llega a la corte antes que Tenesor, se sabe que llegó herida y embarazada y la llevaron al palacio real en Córdoba donde tenían previsto llegar los reyes católicos. Estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte hasta que se recuperó. Durante todo ese tiempo la reina Isabel pasaba horas con la canaria y dio la casualidad de que la reina Isabel también estaba embarazada y dio a luz en julio una niña que llamaron María y fue reina de POrtugal, pero parió también otra niña muerta pues su embarazo era de gemelos, la reina esperó a que Abenchara pariera su niña sin separarse de su lado hasta que las vio a las dos vivas y a salvo. Después de eso, la reina marchó a sus menesteres dejando a la niña María al cuidado de nodrizas. Cuando Fernando se entrega voluntariamente en las cuevas de Agáldar junto a sus mas allegados, esta entrega había sido pactada con Alonso de Lugo y el obispo Frías que le mandaba noticias de su buen amigo Adargoma que en esas fechas vivía en casa del obispo en Sevilla y con el que se reunió de camino a ver a los reyes a su paso por Sevilla.

Cuando Tenesor se reune en Córdoba con los reyes tuvo la inteligencia para pedir el bautismo, pues sabía que los reyes no lo verían como humano ni pactarían con un no cristiano y cuando Fernando después de ofrecerse como padrino le preguntó que que nombre cristiano quería, tuvo la inteligencia de señalarlo y decirle: «el tuyo» y la estratagema funcionó, pues el rey lo vio como una señal de que la providencia divina estaba actuando a través de él, sin darse cuenta de como el canario lo estaba llevando a donde quería. Lo bautizó el prelado de España que sólo bautiza a la familia real, hasta ese punto fue importante la figura de Don Fernando para los reyes. En aquella época ser padrino de bautismo no es como ahora, en aquella época ser padrino de alguien implicaba una unión como familia en lo espiritual, creando un vínculo indisoluble entre las personas.

Pero por si eso fuera poco, la niña de Don Fernando: Catalina Hernández Guanarteme, creció junto a la niña María de Castilla hija de los reyes y estuvieron juntas hasta que una vez acabada la conquista en 1483 su padre vino a buscarlas a ella y a su madre para traerlas de vuelta a la isla en 1484.

Pero al año siguiente recibe un mensaje de la reina pidiendo que por favor le lleve a Catalina a la corte como menina de su hija, pues desde que se separaron la niña está triste. Durante años Catalina estuvo con María como compañera y medio hermana.

¿Podemos creer que esa relación es la que se daría entre un rey y un «salvaje»?

Pero siguiendo con el tema anterior no hubo traición, sino una preparación bien tramada con mucha magia para que todo encajase de la forma que lo hizo. En los pactos, que no fueron en Calatayud, se habla de que los canarios serán iguales que los castellanos y libres de vivir en cualquier parte de las españas, que podrían conservar sus costumbres etc etc y que en Canarias estarían libres de impuestos a perpetuidad, además se le da a la familia real canaria estatus de nobleza equiparable a la de cualquier otro sitio de España.

Don Fernando hizo lo que pudo, los reyes también, pero hubo abusos, los reyes dieron ordenes para evitarlos, algunas veces pudieron, otras no pudieron, eran los tiempos que se vivían no sólo en España sino en toda Europa, a pesar de los abusos y de las cabronadas que hicieron algunos de los conquistadores y colonos, no eran peores de las que hacían en sus tierras peninsulares.

El gran cambio, el verdadero cambio fue en la estructura del poder, pero no por el cambio de nombres o procedencias, eso al final era lo de menos, lo peor para el canario fue dejar de tener confianza en los líderes. De repente el dejar de lado el ritual de aceptación que se llevaba a cabo en la plaza de Agaldar donde se reunía todo el pueblo a dar el visto bueno a los aspirantes a nobles, los jóvenes que iban a ser preparados para guayres y faycanes y por ende de quien tendría que salir en los años siguientes el guanarteme, dejó de celebrarse. Recuerda que bastaba que a la pregunta de: ¿»Alguien ha visto que fulano de tal, haya cometido malos actos, mentido, robado o se le ha visto ordeñando una cabra o teniendo mal comportamiento con las mujeres? bastaba un sí para que el joven quedara plebeyo y trasquilado para siempre…

A partir de la conquista, la mentira, la trampa y el cabildeo se hicieron comunes y los canarios tuvieron que aprender a vivir y convivir con ello…